Awo Ni Orunmila Ogunda Tetura

Awo Ni Orunmila Ogunda Tetura
Ile IFA Ogunda Tetura

jueves, 4 de agosto de 2011

Yemayá


Es la Virgen de Regla.
Viste de traje azul con adornos blancos, usa corona.
Apuesta y bella como el mar.
Suyas son las gaviotas.  Reina en la eternidad.  Gobierna los misterios de las aguas saladas.
Negra de caderas anchas y un vientre que parió a los dioses.
Es orgullosa y altanera, de mirar fuerte, sólo escucha las palabras de soslayo. Lo ve todo y lo sabe todo.

Hace y deshace las cosas desde el fondo del mar, donde vive encadenada por el dios de la blancura: Obatalá, que se  parece a San Manuel.
Habita en las piedras del mar y en los corales, pero donde mejor se asienta es en una tinaja pintada de azul. Moviéndose suave y ondulante como un majá, imita el movimiento del mar.  Son siete, una de las más fuerte y la que vive en el fondo del mar es Olókun. Le gusta un azul más oscuro que a las demás.  Es el mar mismo y como es tan grande no entra cabeza de nadie, pero las otras si entran en las cabezas de sus hijos.
Le gusta el pato, el majá, el carnero y el gallo plumiazul, también las palomas.
Se llama agitando una maraca pintada de azul y blanco que se parece al mar.
Habla por cocos y caracoles.

Comidas: malanga, melón y pepino.
Adimú: Turrones de coco, Cocada  con azúcar prieta.
Color: azul.

En la prenda se llama Madre de agua y 7 sayas.
Su collar es de perlas azules con cuentas de color agua.  Es orgullosa, altanera, mira por sobre los hombros, con desprecio.  No le gusta comer con las demás vírgenes y come siempre lo mismo que Shangó.  Es la madre de la fecundidad, ella parió a los 16 orishas del Panteón Yoruba.

Su madre es Olókun, la reina africana, ella vive en lo más profundo y oscuro del mar, ella es la salud y vive en una tinaja pintada de azul que no se puede destapar porque si la mira uno de momento puede perder la vista.
Sólo come pato.
Se dice que casi todos los hijos de Yemayá son muy enamorados y las hijas también.  Les gusta tener amigos y dominarlos, sojuzgarlo y mandar en su parte económica a su gusto y capricho.
Casi siempre sus hijos tienen virtudes artísticas, o son personas que se enferman fácilmente de los nervios.  Se vuelven locos y son muy envidiados.

PATAKÍN
Dice un Patakín que Yemayá fue madre de crianza de Shangó, pero como éste era jodedor y parrandero, no había mujer a la cual no le hiciera el amor.  Cierto día Shangó invitó a Yemayá a hacer el endoko y ella lo aceptó, invitándolo a montar en su barca y a salir para alta  mar donde es su casa.  Sabiendo ella que Shangó no sabía nadar, cuando estaban en alta mar ella le preguntó que si todavía quería hacer el endoko con ella, él le contestó que sí, ella se tiro al mar y dejó a Shangó solo en la barca, entonces se revolvió en el fondo, las olas embravecidas viraron la barcaza y tiraron a Shangó al mar, este desesperado clamaba por Yemayá quién lo sacó a la orilla cuando entendió que había ya cumplido el castigo y le hizo saber el respeto que él le debía tener a ella.

Avatares.
1- Oguere
2- Aggana
3- Ocute- dó.  La machetera, la que come pato sólo al nacer. Trabaja  con Oggún.
4-  Achalá (la de la cadena)
5-  Mayeló (la que come pato)
6-  Iyamasé

¿Quién es Olókun?: Es la Yemayá Mayor, madre de las profundidades, no se asienta en la cabeza de nadie porque es el mar mismo.  Se recibe por enfermedad y cuando falta estabilidad y firmeza en las relaciones del hogar-familia-matrimonio.
Cuando se va a consagrar un neófito a Yemayá, hay que hacer antes una ceremonia en el mar de Olókun para darle conocimiento de que su hija va a coronar una cabeza.  La consiste en llevarle al mar y tirarle dulces, flores, miel, cocos, y se le canta.  Su tinaja no se puede destapar de golpe.  Come sólo pato macho, el pato que se le da en algunas ramas de santería, no se come por entender que el santero se puede enfermar.
Vive en su tinaja  pintada de azul y blanco y cubierta por una red de pescar, casi siempre fuera de la casa, y del cuarto de santo donde están los demás orishas.
Su collar es de color azul claro, azul oscuro, rojo, blanco, verde.  Todo lo que se vaya a consagrar a una de las Yemayá, tiene que recibirla primero a ella.  Yemayá, al igual que los demás orishas, castiga la desobediencia de sus omos con la tuberculosis por lluvia, mata ahogando en agua saladas o dulces.  Ella es dueña de muchas yerbas, pero siente gran predilección por la guasimila, lechuga, resedá, romero, sábila, sargazo, verbena.
Esta orisha se atiende los días domingo.
Esta diosa está también acogida a rezos en los cuales se le saluda y se le trata con respeto y veneración, uno de ellos dice:
Yemayá agguayó, okere okun alimi
karabbio, osá ñabbió. Legún eyintebie.
Owa siruekú yebwá. Obimi kuayo,
Okuba okana kwana, keku yanza erí
Eregwa mío (ago).

Siempre que se le canta a esta orisha hay que ir moviendo los brazos y las manos como si estubiera nadando o remando, y se mueven las caderas como si fueran olas del mar unas veces suaves, otras veces rápidas.  dando vueltas como las olas furiosas del mar encrespado, y en sus cantos se dice:
Solo:
Yemayá Agolona
Yemayá Agolona
Shangó orisha kamaguo río
Yemayá Agolana.
Coro: (lo repite)
El baile y la danza de esta orisha, es un baile cargado de belleza, de lujuria, comenzando con un ritmo suave, cadencioso, que va in-crescendo rápidamente, como las olas.  Ella mueve sus sayas azules, adornadas con serpentinas blancas, mueve todo su cuerpo, caderas, senos, como si fuera a romper las olas contra el arrecife.  En sus muñecas de diosa negra como el ébano, brillan 7 manillas de plata y en sus bellas y bien formadas orejas cuelgan 2 argollas en forma de estrella de plata, que brillan y refulgen como dos estrellas rutilantes en el firmamento de sus oscura piel.
Baila y se ríe y mira por encima de los hombros de soslayo.
En sus giros refleja la belleza y el temperamento de la negra africana poseída de su belleza de diosa, fuerte, vigorosa y gigante como en su casa, el mar infinito y azul.
Se ve como mueve sus manos con dulzura y delicadeza, como si estuviera remando, y en otra mueve su cuerpo y sus hermanos como si quisiera bajar al fondo del mar, como si fuera a sacarle al fondo todas las riquezas que ella guarda para sus hijos: algas, caracoles, ostras, y las bellas y deslumbrantes estrella de mar, con movimientos suaves y tiernos de mujer enamorada, en ocasiones, y en otras, brava, rebelde, y tempestuosa como el remolino o como la ola embravecida, violenta, llena de odio, en este instante hiere, mata, y destruye sin compasión alguna.

Esta orisha se atiende los días 7, 14, 27 de cada mes y los días sábados de cada semana.  Su fiesta popular se celebra el día 7 de septiembre de cada año en toda Cuba, y en particular, en su Santuario del ultramarino pueblo de Regla, en cual hay una ermita dedicada a adorarla.  Allí se halla su imagen, ella es patrona de ese lugar, y, además de todos los que tienen que ver con el mar (muy particularmente de los marineros y pecadores.  Los que sienten un profundo respeto por ella)
No es extraño ver el día de su fiesta a cientos de personas dirigirse a rendirle maforibale a esta diosa tan fuerte y milagrosa.  Le llevan frutas, flores, velas, y se postran de hinojos para trasmitirle de ese modo las gracias, luego regresan de noche, cantándole y tirándole al mar dinero, frutas, flores y miel.

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